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Dr. Piero Espinal Estévez |
Nació en
Santo Domingo el 17 de octubre de 1974.
Realizó
sus primeros estudios en el Colegio Marcos A. Cabral B. y luego en el
Liceo Secundario Canadá.
Miembro
de la segunda generación del Grupo de Teatro CHANAJO. Ingresó a este en
noviembre de 1984, con apenas 10 años de edad. Como actor participó en
las obras: Casamiento a la fuerza en el rol de niño, en Barbaroja
interpretó un policía y un marinero. En la obra una noche de primavera
sin sueño hizo el papel de Mariano, actuó como el Rey Clinejas en dicha
obra entre otras, dentro el arte dramático Estévez cuando no era actor,
era parte de la dirección técnica, o parte integrante de la producción
teatral.
Doctor en
Medicina, egresado de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra
de Santiago (2001)
Es
colaborador Habitual de los periódicos de circulación nacional como
Listín Diario, Hoy, la información y El Nacional.
Desde
haces varios años se ha dedicado a la investigación y recopilación de
datos sobre la historia y cultura de San José de las Matas
Autor de
los libros San José de las Matas. Apuntes para su Historia,
considerado por muchos como la obra cumbre de la historiográfica matera,
la cual cumple con las exigencias de la crónica histórica como genero
literario (2001). Historia Gráfica de San José de las Matas
(2002). Grupo Teatro Chanajo (2004). San José de las Matas.
Tesoro Eco turístico (2005). Anecdotario de San José de las Matas
(2005).
Actualmente puso en circulación su sexto libro Crónicas de San José
de las Matas en dos tomos
Los siguientes libros son los escritos por el Dr. Espinal
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(Artículo escrito por Ángela
Peña y publicado en la sección
Areíto, del periódico Hoy,
el 22 de octubre del 2007)
Esa jurisdicción, milagrosa por
el poder sanador de su clima,
acogedora por sus pinos, chorros
y montañas seculares, famosa por
sus sillas serranas y agraciadas
mujeres, fue el escenario de
hechos políticos y sociales de
una época en que gobernantes,
revolucionarios, negociantes,
oligarcas, empresarios,
religiosos y líderes la hicieron
suya como trinchera, hospital,
fortaleza, casa de descanso,
promoción de campaña electoral o
teatro de infaustos atentados.
San José de las Matas tiene una
historia tan variada y extensa
como ha sido el acontecer
nacional. Fue asiento de Jefes
de Estado que no sólo se
retiraron a contemplar el bello
panorama y respirar el aire puro
de su naturaleza portentosa.
Desde allí Horacio Vásquez y
Rafael Trujillo dirigieron los
destinos de la nación. Ese fue
el edén que escogieron Flor de
Oro y Porfirio Rubirosa para
celebrar sus bodas en 1932. Allí
se alzaron montoneros de Concho
Primo y generales de las guerras
patrias y en ella fundaron sus
hogares de meditación y veraneo
las familias poderosas de todo
el litoral.
Las notas estremecedoras,
luctuosas, trágicas, ocurridas
en su entorno, han sido tan
espeluznantes como resonantes
han sido sus glorias. El
asesinato de Virgilio Martínez
Reyna y su esposa embarazada
estremeció el conglomerado tanto
como la inhumana exterminación
de Manuel Aurelio Tavárez Justo
y los guerrilleros que le
acompañaron en la patriótica
insurrección armada de Manaclas.
Intensa, vasta, progresista,
misteriosa, curiosa, ejemplar,
dolida, difusa, abundante,
vertiginosa, ha sido la vida del
espléndido lugar. Actores y
protagonistas de ese acontecer
luminoso a veces, oscuro en
ocasiones, no han sido sólo los
hijos del “precioso palomar”.
Forasteros sobresalientes de
otros pueblos, hombres y mujeres
de renombre, han puesto en el
mapa de la República el nombre
de esa comarca testigo de tantos
hechos memorables.
Ante la inconmensurable cantidad
de acontecimientos, Piero
Espinal Estévez no tuvo más
alternativa que relatar el
devenir local en dos inmensos
volúmenes prácticamente de
lectura inacabable en los que es
probable que no quedara sin
consignar ningún recuerdo,
nombre o fecha superlativos o
minúsculos, de aquel sitio.
Son dos volúmenes de texto y
fotos que enternecen,
estremecen, conmueven,
sorprenden o arrancan reacciones
de asombro por las sorpresas
reflejadas. En mil 184 páginas
se cuentan unas crónicas que no
son de San José de las Matas,
aunque así lo exprese el título
de los dos volúmenes. Son
historia patria.
Políticas
Muchos años antes de que el
presidente Horacio Vásquez y
doña Trina De Moya pusieran de
relieve a San José de las Matas,
donde residieron, y el
mandatario despachó asuntos de
Estado, ya el pueblo,
presumiblemente habitado desde
las devastaciones de la parte
norte de la isla llevadas a cabo
por el gobernador Antonio Osorio
en 1605 y 1606, se había
convertido en bastión de
batallas patrióticas.
Espinal Estévez escribe que el
10 de marzo de 1844, “a 14 días
de haberse proclamado la
República, San José de las Matas
se pronunció a favor de la
separación de Haití” y reproduce
el pronunciamiento de los
matenses y un enaltecedor
editorial de La Voz de la
Sierra poniendo de
manifiesto, un siglo después, el
entusiasmo con que se cubrieron
de gloria los lugareños por su
participación decidida en las
luchas redentoras.
El autor, metódico, cronológico,
laborioso, meticuloso, peinó con
la pasión de un investigador
consagrado, sin ser miembro de
añejas academias, cuantas
fuentes le permitieron encontrar
un dato de su tierra de
nacimiento: oficialías civiles,
periódicos, álbumes familiares,
testimonios de testigos y
actores, revistas, legajos
notariales, municipales y
parroquiales. En sus notas hay
revelaciones contadas con la
libertad que ha permitido la
democracia.
Pero aún leyéndolas con el
manejo antojadizo de sus
orígenes, el lector conoce
detalles ignorados de personajes
y hechos. Pocos conocen la
actuación del general Félix
Zarzuela en el asalto a la
comandancia militar de Jánico,
en 1912, ni su ascendencia
militar, tan marcada como la de
Desiderio Arias para la misma
época. Espinal narra la reacción
de ese y otros jefes locales
después del asesinato de Mon
Cáceres, en 1911.
El capítulo dedicado a Horacio
Vásquez es apasionante, tan
novedoso como todas las notas
sueltas que después de una larga
introducción reproduce Piero
Espinal Estévez y que ponen en
evidencia el esplendor o el
colapso de su régimen. El Primer
Magistrado sentía especial
predilección por ese paraíso en
el que construyó un palacete
“residencia accidental del Poder
Ejecutivo”, concebida
originalmente para enfermos de
tuberculosis.
Allí recibía diputados,
secretarios de Estado,
senadores, políticos, jefes
militares y otros colaboradores.
El caudillo era aclamado y
querido por los lugareños que
después le echaron a un lado
deslumbrados por la grandeza de
Trujillo, también instalado
después allí con la entonces
Primera Dama Bienvenida Ricardo,
convertido hasta su muerte en
único y aclamado líder de los
matenses. Son numerosos los
leales trujillistas de Las Matas
que fueron incondicionales del
tirano y cuyas actividades y
adhesión, publica Espinal.
Los libros son material
excelente, además, para conocer
y explicarse con mayor claridad
la trayectoria pública de
Vásquez y del poeta Virgilio
Martínez Reyna, cuyas bodas con
“la bellísima joven Altagracia
Almánzar” apadrinó el ex
Presidente el 21 de enero de
1925. Pues, pese a que el
historiador escribe su versión,
años después del espantoso
asesinato del dirigente del
Partido Nacional, reproduce
informaciones que demuestran la
popularidad de que gozaba en San
José el ex Secretario de Estado
de la primera presidencia de
Horacio, meses antes de la cruel
tragedia. El rumor público,
apunta Piero, señaló al general
Estrella, “tío del presidente
servil de Trujillo” Rafael
Estrella Ureña, como autor
intelectual del hecho. Más de 14
páginas del primer tomo fueron
dedicadas a reseñar el crimen.
En el segundo tomo se recoge el
activismo político y las
simpatías de que gozaba la
víctima en San José de las
Matas.
“Manaclas” es otro documentado
capítulo de esta obra.
Curiosas
Estos valiosos volúmenes
presentan todos los apellidos
autóctonos de San José de las
Matas, tanto de ricos como de
desafortunados. Los viajeros
eran interminables como
sucesivas las insurrecciones
armadas escenificadas en
aquellas lomas. Primeros
médicos, fiestas patronales,
estilos de los tradicionales
muebles, corrientes o torneados,
mecedoras, butacas, banquetas,
sofás, con asientos de pajillas,
construidas con maderas finas,
elegantes y económicas.
Epidemias, cines, ilusionistas,
fábricas, maestros, defunciones,
bodas, sequías y cosechas, podas
de empleados públicos, juntas
políticas, elecciones, clérigos,
bautizos, atropellos y hasta los
ingratos olvidos a próceres,
héroes y mártires de todos los
tiempos, figuran en estos dos
imponentes tomos de Crónicas
de San José de las Matas.
Los matenses se vanagloriaban:
“Por todas partes se quejan de
enfermedades y epidemias, menos
nosotros. La brisa suave y
olorosa de los pinos nos
preserva de contagios. Este es
el mejor clima de la República”.
Por ese privilegio, la crema y
nata de la sociedad tenía “casa
veraniega” en la localidad y
entre los huéspedes frecuentes
aparecen Eduardo León Asensio,
Ángel Contreras, Alicia Franco,
Lolita Pons, Gustavo Tavares,
Graciela de Rey, Mercedes
Llaverías, Manuel Tavares Julia,
Rosa Batlle de Tavares, Carlos
Franceschini, Bienvenido y
Alfredo Nadal, Salvador Cocco,
Juanita de Gonzalvo, Celeste
Pereyra, Julia y Rosita Tavares,
G. Jiménez Herrera, Rafael y
Pelegrín Gómez, Julio Perdomo,
Furcy y Adelaida Ferreras, Mario
Fermín Cabral, Sergio Soto,
Alfonso Perozo, Isidro Bordas,
Anita y Álida Tolentino...
Esto complacía a los nativos del
lugar, orgullosos de su
atmósfera. Como “El Viejo
Amigo”, que escribió en 1921:
“Hablando con el sepulturero el
24 del mes pasado me manifestó
que hasta esa fecha no había
efectuado ningún enterramiento.
Eso prueba la benignidad de
nuestro clima. Es asombroso este
dato máxime en una común que
cuenta con 5,000 almas”.
Buenas noches. Mucho me gustaría
utilizar este espacio para el
dulce ritual de los
agradecimientos, ese gesto
humano tan maravilloso para
compensar todo el amor y todo el
apoyo que hemos recibido en el
curso de nuestra vida y nuestro
trabajo.
Pudiéramos hacer una larga lista
de agradecimientos, una relación
extensa y que haga justicia a
personas e instituciones, pero
en este caso nos queremos
limitar a reconocer el papel que
ha tenido en nuestro labor la
Cooperativa San José. Esa
pujante institución ha creído en
mí y apoyado cada uno de mis
proyectos y que nos ha ayudado a
convertir a San José de las
Matas en uno de los municipios
del país que mayor número de
publicaciones literarias tenga
en la bibliografía nacional y en
especial por haber fortalecido
la historiografía dominicana.
Me he entregado a servir a mi
comunidad por el amor que siento
por ella y la preocupación que
siento por la falta de
motivación hacia la cultura
general, la lectura y nuestras
tradiciones que los jóvenes de
hoy llevan consigo. Y lo he
hecho porque soy parte de una
abrumadora generación de jóvenes
que creemos en este país, en su
presente y su futuro y que
estamos dispuestos a desmontar
los prejuicios que se elaboran a
partir del comportamiento de
unos pocos jóvenes que,
probablemente por razones
sociales, incurren en la
delincuencia y la vagancia.
La juventud dominicana no
necesita conmiseración ni
chances circunstanciales para
ocupar el papel que debe tener
en el marco de una sociedad que
se dice en crisis. No deseamos
que se nos vea con paternalismo
generacional ni clientelismos de
ningún tipo. Basta con que se
cumpla con el deber de dotarnos
de condiciones para tener acceso
a oportunidades de capacitación
y la adecuada motivación social
para superar los actuales
niveles de vida.
Recibir cualquier premio puede
servir para elevar el ego,
ocupar titulares de la prensa y
disfrutar de nuestras cinco
semanas de fama. Mas, recibir
este premio constituye una
distinción que nos llama al
compromiso vital de fortalecer
aun más nuestra actitud ante la
sociedad.
En nombre de cada uno de los
galardonados esta noche, me
permito dar gracias a esta
institución juvenil de carácter
mundial por el exitoso
desarrollo de este programa de
superación y reconocimiento a
los esfuerzos de los jóvenes del
mundo.
(Artículo escrito por José
Rafael Sosa y publicado en El
Nacional en septiembre del
2006)
vease aqui
imagenes de la publicación
Crónicas de San José de las Matas
(Tomos I y II)
Piero Espinal Estévez es mucho
más que el nombre de un
ciudadano dominicano nacido en
San José de las Matas. Piero es
un verdadero ejemplo de trabajo,
estudio, ejemplo ciudadano,
modelo, que debía servir a tanta
juventud dominicana necesitada
de hitos referenciales.
Muy joven aún, Piero es el
historiador de San José de las
Matas, es médico, excursionista
ecológico principal, educador y
acaba de entregar a la sociedad
matense una obra en dos tomos
que recoge toda la historia
social de la comunidad. Se trata
de las Crónicas de San José
de las Matas (Tomos I y II),
una obra de gran formato,
auspiciada por la Cooperativa
San José, que se ha involucrado
en un presupuesto considerable
con este auspicio debido a que
tiene conciencia de la
importancia del aporte cultural
que implica la obra de Piero.
La edición es limpia, cuidada y
profesional, estando a cargo de
Editorial Letra Gráfica, con la
audaz dirección de nuestro amigo
Orlando Inoa y la impecable
impresión en Editorial Búho.
Cada pueblo del país debería
tener un libro como este, en el
cual se registra toda la vida
social.
Piero debió internarse años en
el Archivo General de la Nación,
en el archivo del Ateneo Amantes
de la Luz y el Archivo Histórico
de Santiago. Un notable ejemplo
de su capacidad de trabajo.
Recomendamos a todos buscar
estas crónicas de San José de
las Matas, en especial a las
bibliotecas y centros de
documentación. Y felicitamos a
todos los responsables de que
tengamos hoy en nuestras manos
esta obra en dos tomos.
(Este artículo fue escrito
por Francisco Comarazamy y publicado
en Listín Diario el 14 de
enero del 2007)
Hacía años que no leía un libro de
tan singular dimensión física como
Crónicas de San José de las
Matas. Su autor es Piero
Espinal Estévez y está concebido en
dos gruesos volúmenes, el primero de
606 páginas y el segundo de 579 con
una altura de 12 pulgadas por 11 de
ancho ambos e ilustrados con
fotografías de personajes
históricos, casonas y ranchos y
paisajes agrestes.
San José de las Matas es una amplia
y fértil comunidad municipal de la
provincia de Santiago de los
Caballeros y por consecuencia de la
más extensa región cibaeña. El libro
es fruto de un esfuerzo
extraordinario, producto de la
localización de documentos en
legajos notariales, municipales y
parroquiales, periódicos de
Santiago, revistas de Santo Domingo,
así como de datos provenientes de
entrevistas a personas vinculadas
con el proceso histórico de la
susodicha comunidad.
Es decir, una gran variedad de
fuentes que le ha permitido al autor
reunir, interpretar sucesos que de
otra manera no serían conocidos con
la amplitud con que han sido dados a
conocer con un gran sentido
histórico.
La obra está introducida con un
brillante exordio por Edwin Espinal
Hernández, miembro de la Academia
Dominicana de la Historia,
periodista investigador y autor
ferraz de la indiscutible
sensibilidad. Su escrito impacta una
clara idea del trabajo que ha
realizado el autor.
Y como bien dice la compilación de
Piero Espinal “constituye una fuente
de primera mano para aquellos que
decidan abordar la historia de San
José de las Matas con una
interpretación crítica, ausente
hasta ahora en publicaciones que en
el ámbito de la historia se han
producido sobre la más antigua
demarcación de la provincia de
Santiago”.
Procede a la narración un
impresionante mapa que da a conocer
geográficamente aquella comunidad,
como su leyenda, escuelas, iglesias,
puentes, cañadas, calles y
urbanizaciones en proyecto.
El autor advierte que aunque no
existen datos precisos de la
fundación de dicho pueblo, se
presume que la devastación de la
parte norte de la isla, llevada a
cabo por aquel célebre gobernador
Osorio en los años de 1605 y 1606
fue lo que dio origen a lo que es
San José de las Matas.
Durante la anexión el gobierno
español baja de categoría a Las
Matas, convirtiéndola en Comandancia
de Armas, pero después de la
Restauración vuelve a adquirir su
condición de común o sea de
municipio.
El primer volumen contiene 62
capítulos y el segundo 65, para
sumar un total de 127 plenos de
informaciones reveladoras unas y
confirmadas otras en un libro
inmenso por su contenido y
elaboración. Me recuerda una frase
de Tomás de Iriarte que dice “No
escriba quien no sepa unir la
utilidad con el deleite”.
Pero en la historia de San José de
las matas no sólo es riqueza
agrícola y lugar para disfrutar
vacaciones, como la mayoría de la
gente cree, sino que registra
sucesos heroicos y martirólogicos
que la colocan en el pebetero del
más puro patriotismo, tal como la
presenta en este libro Piero Espinal
Estévez, o si se quiere en su
clásico cancionero “lugar de paz,
alegría y reposo”... Quien te visita
alguna vez/ goza de tu hospitalidad/
y siempre desea volver/ el que deja
su pueblo natal”...
Pocas veces uno se topa con un libro
de este tipo, el cual hace recordar
aquella frase de Gerónimo Gracián,
escritor ascético español: “no hay
otro saber que el que se halla en
los inmortales carácteres de los
libros”. O estas otras palabras de
Amado Nervo: “Libros, que sois un
ala (amor la otra) de las dos que el
anhelo necesita/ para llegar a la
verdad sin manchas”.
(Este artículo fue publicado
por José Rafael Sosa en su blog el
15 de septiembre del 2006)
Me he quedado impactado. Mi
país, una nación enclavada en el
centro del Caribe, hay tantos
motivos para sentirnos orgullo
como para sentir vergüenza.
Hablemos ahora de un
descubrimiento humano que nos
puede llenar de alegría, con su
sola existencia. Un motivo de
orgullo indudable es la vida y
obra de un joven medico e
historiador llamado Piero
Espinal Estévez, autor de siete
libros de historia, todos
referidos a su San José de las
Matas.
Piero Espinal es modelo de
juventud sana, creativa y de
consistencia.Pero Piero es sólo
un nombre.
Piero es un muchacho no posible.
Estudioso. Trabajador.
Voluntario de su comunidad. Es
médico que ofrece sus servicios
a la gente. No tiene consultorio.
No se hizo para vender sus
servicios. A veces acude al
Hospital Infantil de Santiago a
prestar sus servicios,
gratuitamente, a los pacientitos.
Su trabajo productivo principal
es dar clases de ciencias
naturales en el liceo secundario
de Inoa, una sección de San José
de las Matas, donde ni siquiera
hay señal para celulares.
Su trabajo para rescatar los
valores y la historia de Sajoma,
es impresionante. Se trata del
historiador más joven del país.
Se trata del historiador con un
mayor número de obras publicadas,
exceptuado - por razones obvias-
a Santo Domingo y Santiago. Ha
escrito:
San José de las Matas. Apuntes
para su historia (2 ediciones
2001)
Historia gráfica de San José de
las Matas (2002)
Grupo de Teatro Chanajo (2004)
San José de las Matas. Tesoro
ecoturístico (2 ediciones 2005)
Anecdotario de San José de las
Matas (2005)
Crónicas de San José de las
Matas (2 volúmenes 2006)
Todas estas obras, publicadas
con el respaldo de la
Cooperativa San José, son una
contribución cultural
excepcional para conocer la
importancia de esta comunidad
serrana.
Piero es un amante de la
naturaleza.
Piero es un medioambientalista
excepcional.
Ha organizado un grupo de
excursionistas que recorren las
montañas de Sajoma.
Es un fotógrafo ambiental
extraordinario.
Y uno se pregunta, cómo puede
este muchacho permanecer en el
anonimato.
Cómo puede ser que el país y el
mundo no conozcan el ejemplo
brillante que ofrece Piero
Espinal Estévez.
El trabaja porque se ha dado eso
como meta.
Piero es un ejemplo.
Ha concluido el curso de
liderazgo impartido por Miami
Dade College y auspiciado por la
Secretaría de Estado de la
Juventud.
Inició el martes 10 de marzo y
concluyó el sábado 14.
Asistimos 30 jóvenes de
distintas partes del país.
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