Pascal Núñez desde niño
presento una afición indómita por el arte en su totalidad. Durante su
adolescencia lo encontrábamos romanizándose, a solas con guitarra en
mano dentro de las penumbras, en los habituales apagones nocturnos, en
los veranos acalorados característicos en San José de las Matas, y
solamente iluminado por el choro plateado de una luz lunar que le
empalidecía a un mas su rostro.
Se sentaba en las
escalinatas del zaguán en la casa de su tía, ejecutando acordes
musicales que en ocasiones definía con precisión y a veces no, las
canciones popularistas de nuestra zona, pero no importaba que también
Pascual ejecutaba sus canciones porque sus ideologías disímiles
alimentaban nuestra curiosidad, fue siempre un placer encontrarlo
delirando entre notas musicales totalmente a la deriva enredado en la
brisas ya frescas de la noche.
Muchos que hoy lo
conocemos, desconocemos que sus primeros encuentros con el arte visual
se inician en nuestro poblado, San José de las Matas, donde creció y
nació un 17 de mayo de 1965. Comienza con los estudios de artes
plásticas desde muy temprano como nos cuenta el fotógrafo, pintor, actor
y escritor Roberto Torres, quien lo
inicia con sus primeras clases.
Pascual Núñez, como muchos
jóvenes en San José de las Matas, fue acometido por la magia de las
pinceladas mágicas y coloridas, repletas de trazas alegóricas en óleo,
del gran pintor Ecuatoriano, Juan Agustín Valarezo Yépez (Don Juan)
quien llego a nuestro pueblo como tormenta artística, destrozando las
normas, intereses y expectativas ya establecidas por la rutina cotidiana
en muchos jóvenes, y encendiendo una llama de inspiración en sus
corazones. Juan Agustín Valarezo Yépez infundio en ellos el interés por
la estética y el análisis visual meticuloso del entorno, y su
representación delineada con el pincel utilizando brochadas encendidas
con energía coloridas de carácter habitual, creando el ámbito perfecto
para Pascual Núñez desarrollar y alimentar su aptitud congénita de
expresión artística.
Hoy Pascual es fotógrafo,
expresando su arte atreves de sus imágenes, que en ellas nos transmite
su amor al arte con una fuerza ineludible. Sus composiciones están
cargadas de un realismo fantástico que crispa con inclemencia cada
contorno de nuestra curiosidad, incentivándonos a mirar un poco más
adentro, más cerca como él enmarca con destreza cada tema presentado al
público.
Nos persuade sigilosamente
a analizar el manejo sutil de la luz dentro sus obras, y quizás no
percatamos cada detalle técnico plasmado por su ojo experto que utiliza
para captar nuestra atención y conquistarnos, pero si nos abre una
ventana a un mundo de memorias olvidadas, a momentos inolvidables que
con el paso del tiempo quedan polvorientos y difícil de encontrar en
nuestras memorias, quedando archivados en ella.
Observar sus fotografías
nos permite nuevamente echar un vistazo a nuestro pasado. Cada foto
congela ese instante que es personal y contiene un significado distinto
para uno de nosotros transportándonos a recordar las memorias más
entrañables de la juventud y situaciones pasadas.
El arte es la expresión de
los seres humano para comunicarse y expresar sus inquietudes, alegrías,
disgustos e interpretarlos simbólicamente atreves de diferentes métodos,
materia, imágenes o sonidos, y Pascual Núñez es un verdadero artista que
hoy utiliza un instrumento “La Cámara”, para contarnos su forma de ver
el mundo.